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Un viaje sensorial y espiritual a través de las formas de lo femenino, la materia y la responsabilidad de crear: Nesite en la Basílica de Vicenza con Mater Materia – Women Artists for a Visionary Future. La exposición entrelaza arte, arquitectura y sostenibilidad a través de las obras de nueve artistas italianas que, en la monumentalidad del espacio palladiano, devuelven a la materia su dimensión original: generadora, acogedora, viva.
Mater Materia, arte y arquitectura en relación
El arte como laboratorio de convivencia, la arquitectura como organismo vivo, la materia como memoria y posibilidad: el 11 de octubre se abre al público Mater Materia – Women Artists for a Visionary Future, manifiesto cultural dedicado al diálogo entre el arte, la arquitectura y la sostenibilidad social.
Comisariada por Fortunato D’Amico y Rosa Cascone, la exposición acompaña a la XIII edición del Premio Internacional Dedalo Minosse alla Committenza di Architettura, creando un entrelazamiento inédito entre el lenguaje del arte contemporáneo y la proyección ética de la arquitectura.
Nueve artistas —Paola Greggio, Pina Inferrera, Marica Moro, Daniela Pellegrini, Antonella Quacchia, Silvia Rastelli, Ludovica Sitajolo, Chiara Vellini y Giuditta Vettese— ofrecen al público una profunda exploración de lo femenino como matriz generativa y fundamento de una nueva visión de la vida.
Las obras, entre instalaciones lumínicas, esculturas y fotografías, cuestionan la relación entre materia, espacio y conciencia, ofreciendo al público una experiencia inmersiva donde el arte y la naturaleza, la ética y la belleza se encuentran.
La contribución de Nesite: la materia como gesto de cuidado
Nuestra presencia en Mater Materia es un acto poético y de cuidado, una forma de habitar el arte a través de la tecnología, transformando la funcionalidad en lenguaje. En este diálogo entre idea y forma, el sistema Nesite participa como intérprete silencioso: los módulos de suelo elevado, diseñados y fabricados específicamente para la exposición, se convierten así en planos de apoyo y de sentido, superficies que acogen, custodian y amplifican la relación entre la obra y el espacio.
No se trata de simples elementos técnicos, sino de materia pensada, capaz de unir la precisión constructiva a la sensibilidad del gesto artístico.
Bajo cada instalación, detrás de la perfección del detalle, vive una filosofía que siempre ha guiado a la empresa: la de una arquitectura que evoluciona y se adapta, como un organismo en relación con quien la atraviesa.
Así, el suelo técnico se convierte en fundamento, umbral y aliento de la exposición.
Un elemento invisible pero indispensable, que cuenta cómo la materia puede convertirse en arte y cómo la técnica, cuando se concibe con respeto y visión, puede convertirse en una forma de belleza.
Megiston